El joven Ben Barret ha sido arrestado una vez más y su sacrificada madre
ya está más que harta de sus gamberradas. El muchacho tiene que escoger
entre el centro de menores o pasar el verano en la granja de su gruñón
abuelo Jack. Tal y como llega a la granja, Ben ya planea la fuga, por lo
que su abuelo decide ir a la perrera y escoger un amigo para él:
Smitty, un encantador chucho abandonado. Pero la relación entre Ben y
Smitty dista mucho de ser amistad a primera vista… El muchacho no
soporta que el perro le vigile a todas horas. Finalmente, Smitty acabará
enseñando a Ben lo que significan los valores como la amistad, la
familia y la responsabilidad. A partir de ahora cuando las cosas se
pongan difíciles, Ben sabe que siempre podrá contar con una pata amiga.
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